¡Luego de casi tres años volvemos a viajar!
Muchas generaciones de nuestro Colegio han tenido la oportunidad de vivir esta experiencia. De guardar memorias y protegerlas como un tesoro muy preciado. Porque este no es solamente un viaje.
En el diccionario podemos encontrar al menos nueve definiciones, muchas de ellas implican una acción, un estado de movimiento. Sin dudas, viajar es trasladarse a otro lugar, pero luego de tantos años compartiéndolo con alumnos, podríamos sumarle algunos detalles. Es algo que siempre entusiasma, que nos enfrenta a desafíos, que nos sorprende, que nos contacta con el pasado, que nos hace vivir intensamente el presente y nos anticipa ante un futuro que, aunque pueda ser previsible, nos hace soñar.
Un viaje siempre transforma, ilustra y hace crecer. Estamos convencidos que cada vez que preparamos la maleta y partimos rumbo a Reino Unido nos embarcamos en la maravilla de conocer nuevas realidades. Siempre hay lugares para descubrir, poder ver con ojos propios lo que tantas veces hemos estudiado en libros, o visto con la tecnología actual. Nada supera la experiencia de estas semanas compartidas.
Este es un viaje único porque se respeta, se respira, se celebra y se comparte. Porque conviven con quienes los han acompañado en su infancia y adolescencia. Alumnos y docentes se encuentran con destinos increíbles, en un entorno cálido y seguro. Único porque es una despedida antes de egresar. Único porque cada uno de ellos, lo hace especial.
Es también una excelente oportunidad para “despegar” enfrentando situaciones cotidianas que suelen ser resueltas por nosotros – los mayores-. Es un momento para crecer y fortalecerse.
Pero, además, cada generación descubre y produce su propia versión. Cada grupo guarda en su memoria los mejores momentos, recuerda con nostalgia las risas, las miradas cómplices, los ruidos característicos, los abrazos, las eternas caminatas y los apoyos incondicionales.
El Colegio vuelve a retomar esta maravillosa aventura, tan difícil como gratificante. Cada uno de los pasajeros volverá distinto y, seguramente, cada vez que recuerde esta aventura desplegará una enorme una sonrisa, respirará profundamente y tal vez deje caer alguna lágrima pensando en que fue el mejor viaje de su vida.
En el diccionario podemos encontrar al menos nueve definiciones, muchas de ellas implican una acción, un estado de movimiento. Sin dudas, viajar es trasladarse a otro lugar, pero luego de tantos años compartiéndolo con alumnos, podríamos sumarle algunos detalles. Es algo que siempre entusiasma, que nos enfrenta a desafíos, que nos sorprende, que nos contacta con el pasado, que nos hace vivir intensamente el presente y nos anticipa ante un futuro que, aunque pueda ser previsible, nos hace soñar.
Un viaje siempre transforma, ilustra y hace crecer. Estamos convencidos que cada vez que preparamos la maleta y partimos rumbo a Reino Unido nos embarcamos en la maravilla de conocer nuevas realidades. Siempre hay lugares para descubrir, poder ver con ojos propios lo que tantas veces hemos estudiado en libros, o visto con la tecnología actual. Nada supera la experiencia de estas semanas compartidas.
Este es un viaje único porque se respeta, se respira, se celebra y se comparte. Porque conviven con quienes los han acompañado en su infancia y adolescencia. Alumnos y docentes se encuentran con destinos increíbles, en un entorno cálido y seguro. Único porque es una despedida antes de egresar. Único porque cada uno de ellos, lo hace especial.
Es también una excelente oportunidad para “despegar” enfrentando situaciones cotidianas que suelen ser resueltas por nosotros – los mayores-. Es un momento para crecer y fortalecerse.
Pero, además, cada generación descubre y produce su propia versión. Cada grupo guarda en su memoria los mejores momentos, recuerda con nostalgia las risas, las miradas cómplices, los ruidos característicos, los abrazos, las eternas caminatas y los apoyos incondicionales.
El Colegio vuelve a retomar esta maravillosa aventura, tan difícil como gratificante. Cada uno de los pasajeros volverá distinto y, seguramente, cada vez que recuerde esta aventura desplegará una enorme una sonrisa, respirará profundamente y tal vez deje caer alguna lágrima pensando en que fue el mejor viaje de su vida.